COMO LE AGRADA A DIOS
Elías y los profetas de Baal
Reyes 18: 20 al
40.
20 Entonces Acab convocó a todos
los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo.
21 Y acercándose Elías a todo el
pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si
Jehová es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió
palabra.
22 Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he
quedado profeta de Jehová; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos
cincuenta hombres.
23 Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno,
y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo
prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo.
24 Invocad luego vosotros el nombre de vuestros
dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por medio
de fuego, ése sea Dios. Y todo el pueblo respondió, diciendo: Bien dicho.
25 Entonces Elías dijo a los profetas de Baal:
Escogeos un buey, y preparadlo vosotros primero, pues que sois los más; e
invocad el nombre de vuestros dioses, mas no pongáis fuego debajo.
26 Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo
prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía,
diciendo! Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre
tanto, ellos andaban saltando cerca del altar que habían hecho.
27 Y aconteció al mediodía, que Elías se burlaba de
ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque dios es; quizá está meditando, o tiene
algún trabajo, o va de camino; tal vez duerme, y hay que despertarle.
28 Y ellos clamaban a grandes voces, y se sajaban
con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta chorrear la sangre
sobre ellos.
29 Pasó el mediodía, y ellos siguieron gritando
frenéticamente hasta la hora de ofrecerse el sacrificio, pero no hubo ninguna
voz, ni quien respondiese ni escuchase.
30 Entonces
dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él
arregló el altar de Jehová que estaba arruinado.
31 Y tomando Elías doce piedras, conforme al número
de las tribus de los hijos de Jacob, al cual había sido dada palabra de Jehová
diciendo, Israel será tu nombre,
32 edificó con las piedras un altar en el nombre de
Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar, en que cupieran dos medidas
de grano.
33 Preparó luego la leña, y cortó el buey en
pedazos, y lo puso sobre la leña.
34 Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua, y
derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y
otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la
tercera vez,
35 de manera que el agua corría alrededor del altar,
y también se había llenado de agua la zanja.
36 Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto,
se acercó el profeta Elías y dijo: Jehová Dios de Abraham, de Isaac y de
Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo,
y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.
37 Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que conozca
este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón
de ellos.
38 Entonces cayó fuego de Jehová, y consumió el
holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en
la zanja.
39 Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron!
Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!
40 Entonces Elías les dijo: Prended a los profetas
de Baal, para que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías
al arroyo de Cisón, y allí los degolló.
Dice el verso 26, que los profetas de Baal, tomaron el
buey que les dieron y lo degollaron, y comenzaron a clamar desde la mañana,
hasta el mediodía, pero nadie respondía. Ya después dice la palabra, que ellos
saltaban alrededor del altar, pero nada, no había respuesta, y Elías se burlaba
de ellos y les decía que le gritaran más fuerte, porque de pronto era que
estaba meditando u ocupado trabajando o
de viaje o dormido y por eso no les contestaba, que habría que despertare. Y
ellos gritaban frenéticamente y aún se cortaban y sangraban, como
acostumbraban, pero nada. Pasó el mediodía y llegó la hora en se hacían los
sacrificios, pero no hubo respuesta.
Aquí,
viene lo que nos interesa. Dice la santa palabra que Elias llamó al pueblo y cuando el pueblo se
acercó V.30: “Elías arregló el altar de Jehová que estaba arruinado”. Y luego
se describe la forma en que lo arregló. Yo les pregunto a ustedes hoy ¿Arreglan
ustedes su altar para clamar al Señor, o lo hacen con el altar desordenado? ¿Cuál
es tu altar?
El
altar del Señor puede ser en el templo, donde está ubicado el púlpito, puede
ser mi cuarto, o puede ser incluso mi cuerpo. ¿Están arruinados nuestros
altares? ¿Están desordenados?
Hay
que arreglarlos, restaurarlos, repararlos, no podemos adorar ni clamar a Dios,
con un altar desordenado. ¿Por qué?
l-Es
un lugar Santo.
2-El
Señor no se manifiesta sino hay orden.
3-No
puede haber UNIDAD EN EL ESPÍRITU en un culto o un servicio desordenado.
Como será de santa la presencia de Dios, que cuando
Moisés subía para hablar con Él, tenía que quitarse el calzado. Dios mismo se
lo exigía. (Éxodo 3:5) Cuando Dios descendía al monte Sinaí, aquel monte
temblaba ante la presencia de Jehová (Éxodo 19:18).
Aquí vemos como Dios
solo descendió cuando Elías clamó, después que hubo ordenado el altar. Veamos Eclesiastés 5; 1 y 2. “Guarda tus pasos
cuando vas a la casa de Dios, y acércate a escuchar en vez de ofrecer el
sacrificio de los necios, porque éstos no saben que hacen el mal.2No te des prisa en
hablar, ni se apresure tu corazón a proferir palabra delante de Dios. Porque
Dios está en el cielo y tú en la tierra; por tanto sean pocas tus palabras”. 1° Samuel 15:22: “ 22Y Samuel dijo: ¿Se
complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la
obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un
sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los
carneros. 23 Porque
la rebelión es como pecado de adivinación, y la desobediencia,
como iniquidad e idolatría. Por cuanto has desechado la palabra del
SEÑOR, Él también te ha desechado para que no seas rey. Proverbios 15:8 “8 El sacrificio de los
impíos es abominación al SEÑOR, más la oración de los rectos es su deleite”. Isaías
41:1 “Guardad silencio ante mí, costas, y renueven sus fuerzas los pueblos;
acérquense y entonces hablen, juntos vengamos a juicio”. Habacuc 2:
“20 Pero el SEÑOR
está en su santo templo: calle delante de Él toda la tierra”. Y hay muchos
ejemplos más de cómo debemos guardar respeto o sea Temor Reverente, ante la
presencia del Señor, bueno si es que creemos que El está en su Santo Templo.
Zacarías 2: 13, Isaías 6, Sofonías 1:7 Salmo 37: 7 y 46:10, etc.
Pero además Dios no exige solamente orden, también aseo,
limpieza. Vamos a: Deuteronomio 23: “12 Tendrás un lugar fuera del campamento
adonde salgas;
13 tendrás también entre tus armas una estaca; y cuando estuvieres allí
fuera, cavarás con ella, y luego al volverte cubrirás tu excremento;
14 porque Jehová tu Dios anda en medio de tu campamento, para librarte y
para entregar a tus enemigos delante de ti; por tanto, tu campamento ha de ser
santo, para que él no vea en ti cosa inmunda, y se vuelva de en pos de ti.”
Pero nosotros pretendemos que Dios se manifieste en un
culto desordenado.
Dice
en el libro de los Hechos capítulo 1 v.14 “14Todos éstos estaban unánimes, entregados de
continuo a la oración junto con las mujeres, y con María la madre de Jesús, y con los
hermanos de Él.” Y en el capítulo 2 V.1 dice “Cuando llegó el día de
Pentecostés, estaban todos unánimes juntos”
Este
“unánimes juntos” quiere decir unidad en el Espíritu, un mismo sentir, un mismo
propósito. Esperando la manifestación del Espíritu Santo, la cual Dios había
prometido. Los apóstoles hicieron lo que Jesús dijo: No se fueron, no se
esparcieron. Se quedaron allí esperando, perseverando cada dia en oración y
ruego, dice la santa palabra de Dios.
Eligieron a Matias, como sucesor de Judas, e hicieron todas las cosas
para mantener el orden, el crecimiento espiritual y el ensanchamiento de la
obra.
CON RESPECTO A NUESTRAS IGLESIAS HOY
El apóstol Pablo
escribe a los Corintios: 1 Cor. 14:40 dice, "pero hágase todo decentemente
y con orden". Este capítulo está dedicado todo al don de hablar en
lenguas. Había desorden en la iglesia de Corinto. Usaban mal los dones espirituales
y ésto había causado mucha confusión en la iglesia. Aparentemente preferían
hablar en lenguas, antes que desarrollar cualquier otro de los dones
espirituales pero lo hacían sin tomar en cuenta el buen orden en el culto o en
el servicio a Dios.
En el v. 27 dice Pablo, "Si habla alguno en lengua
extraña, sea esto por dos, o a lo más tres, y por turno; y uno
interprete", para evitar la confusión. "Si, pues, toda la iglesia se
reúne en un solo lugar, y todos hablan en lenguas, y entran indoctos o
incrédulos, ¿no dirán que estáis locos?" (v. 23). El desorden y la
confusión no edifican, sino que causan disgusto entre los visitantes. A veces invitamos personas a la iglesia y
vienen una vez. Pero si les preguntamos por qué no han vuelto, nos responden
“porque no hay orden, ni reverencia”
El servicio bien ordenado produce un gran beneficio para
todos. El culto en que algún hermano dirige el estudio (sea clase o sermón) y
en que hay reverencia de parte de todos es muy edificativo. Pero entre más
distracción haya, más confusión habrá, y menos provecho espiritual. Los
hermanos se desaniman y los visitantes no vuelven.
CONVERSAR DURANTE EL CULTO O LA CLASE.
En la clase bíblica conviene que el que habla, sea el maestro o algún miembro de la clase,
hable claramente, en voz alta para que todos oigan lo que se dice, y que los
demás escuchen atentamente. Es importante que se oigan y que se entiendan los
comentarios, las preguntas y las respuestas; de otro modo, no habrá beneficio
(edificación). No conviene que haya conversaciones privadas durante la clase, o
durante el culto. A veces mientras que el pastor o algún hermano, o algunos
miembros de la iglesia, están dialogando sobre algún punto, otros empiezan una
conversación privada. Esto produce mucha confusión. En tal caso, el que dirige
el culto o la clase, debe ser el
"maestro" y controlar el servicio, para mantener el buen orden, con
el fin de que todos se beneficien y no dejar que ciertos hermanos o visitantes
interrumpan.
NIÑOS
En todas partes
existe el problema del mal comportamiento de los niños durante el culto formal
(de cantos, oraciones, cena del Señor, ofrenda y predicación). Las madres
merecen nuestro aprecio y admiración por llevar a sus niños al culto, y los
padres (varones) deben ayudar a sus esposas a cuidar de los pequeños. Estos
deben aprender en sus primeros años lo que significa adorar a Dios. El niño que
llora durante el culto debe llevarse a otra parte hasta que deje de llorar. La
madre que se queda en el servicio y sigue tratando de calmar al niño, puede estorbar
la adoración de la iglesia. Esto debe evitarse. Asimismo los párvulos deben
enseñarse a sentarse y estar quietos.
PUNTUALIDAD
El llegar tarde al estudio bíblico o al culto, es otro
ejemplo de desobedecer 1 Cor. 14:40. Los miembros que habitualmente llegan
tarde con actitud de descuido e indiferencia se roban a sí mismos (la primera
parte de la clase o del culto), y también al entrar, interrumpen y distraen a
los demás. Esto, no es sano para el buen desarrollo del culto a Dios y da a
entender que el asistir a las reuniones de la iglesia es un deber aburrido.
Aunque estén presentes, su corazón está en otro lugar. Asistir a la iglesia,
debe ser motivo de alegría y de regocijo, por estar en la presencia del Señor.
(Éxodo 5:1)
JÓVENES
A veces observamos que los jóvenes interrumpen durante el
culto. En lugar de participar en el culto,
de alguna manera se divierten. Hay sonrisas y aun risas, conversan en voz baja, escriben recaditos, etc. Aun
durante la celebración de la cena siguen con su comportamiento irrespetuoso.
Esto me hace recordar el caso del predicador que en una ocasión fue estorbado
grandemente por el comportamiento de los jóvenes y él dijo a la congregación,
"Hace algunos años, un joven estuvo presente en una asamblea donde
predicaba yo y se portaba muy mal, y yo le exhorté públicamente. Entonces
después del servicio, una hermana me dijo, 'Usted cometió una falta grave,
porque ese joven que usted reprendió está enfermo mentalmente, y no fue
prudente que lo tratara así'. Desde aquella fecha he temido exhortar a los
jóvenes que se portan mal durante el servicio".
Es bueno aplicar la prudencia y ser cautelosos al hacer
llamados de atención.
NO JUGAR CON NIÑOS
Tal vez, la distracción principal en el culto es la práctica
de jugar con los bebés y aun con niños que deben escuchar el sermón. No se
niega que los pequeños requieren atención, pero cualquier predicador le dirá
que hay quienes ponen más atención en los niños (mayormente en los infantes)
que en el sermón. Las personas sentadas cerca de la madre y su infante la
quieren "ayudar". Hacen caras y señas al niño para hacerle reír. Le
dan chicle y dulces y artículos que sacan de la bolsa (o bolsillo) y se dedican
toda la hora a distraer al niño, haciendo más difícil la tarea de la madre.
Esto, también es imprudencia.
CONCLUSIÓN
1ª.De Corintios 11:
27 De manera que el que coma el pan o beba la copa del Señor indignamente,
será culpable del cuerpo y de la sangre del Señor.28 Por tanto, examínese cada uno a sí mismo, y
entonces coma del pan y beba de la copa. 29 Porque el que come y bebe sin discernir correctamente el cuerpo del Señor, come y bebe juicio para sí.
De la misma manera hermanos, cada quien debe probarse a sí
mismo al participar de todos los demás actos de culto. "Pero hágase todo
decentemente con orden" (1 Cor. 14:40)
Calepafo55@hotmail.com