viernes, 15 de febrero de 2013

ARREPENTIMIENTO


ARREPENTIMIENTO

                     
                              
Vamos a tratar tres puntos claves, que  son  a  su vez, las tres primeras cosas que se presentan en la vida de una persona cuando Dios tiene misericordia de ella, y es llamada o apartada para salvación.
1°-Nos  arrepentimos  y pedimos  perdón  (Hechos 2: 38)  (Mateo: 6:12 al 15)
2°-Nos bautizamos  en agua  (Mateo 3:11)
3°-Damos  frutos de arrepentimiento  (Mateo 3: 8)

1º Arrepentimiento - Perdón


En primer lugar, debemos tener muy claro lo que es el arrepentimiento. Según el glosario de la Biblia Devocional  y de Estudio, y según el diccionario de  la R.A.D.L.L.E;  arrepentirse es sentir profundo dolor y tristeza por algo que se ha hecho. Pero además  de esto hermanos,  este arrepentimiento ha  sido producido por una gran frustración y amargura (Lucas 22: 61 y 62) dice que Pedro lloró amargamente. Ahora bien, ¿por qué Pedro lloró amargamente?... porque se arrepintió, se arrepintió de haberle negado,  sintió  remordimiento  cuando  vio el rostro del Señor  ensangrentado,  y todo herido, muriendo por los pecados de él.  Pobre Pedro, después  que le había dicho a Jesús que estaba dispuesto a ir con el no solo a la cárcel, sino  aún,  hasta la muerte.
Pero cuando en  el libro de los Hechos se nos habla sobre el primer discurso de Pedro, en el capítulo 2 ver.28, donde Pedro les responde a los que le preguntan: ¿entonces hermanos que haremos? Pedro responde sin titubear: “arrepiéntanse”.  Él sabía lo que estaba hablando, tenía autoridad moral para hacerlo, porque   había experimentado (un) arrepentimiento, cual no hay otro.
Por estos días, encontré en Facebook, algo que escribió un amigo. Decía mi amigo: “Las lágrimas más amargas que se derramarán sobre nuestra tumba, serán las de las palabras no dichas y las de las obras inconclusas. Por eso, yo no me arrepiento  de nada. El que se arrepiente de lo que ha hecho, es doblemente miserable”- Hermanos, esto, es una filosofía absurda e irracional. El que dice que no se arrepiente de nada o que no tiene nada de que arrepentirse, es una persona soberbia,  contumaz. Alguien que no reconoce sus errores o equivocaciones, y por lo cual nunca se corregirá, porque piensa que está bien. Es sabio en su propia opinión. Hay personas que durante su vida han  hecho y deshecho; han  herido, ofendido, humillado, ultrajado, han  indispuesto a alguien, han mentido, han  sido infieles. Esto, para no mencionar cosas peores. Todos, sin excepción en algún momento de nuestras vidas nos tenemos que arrepentir de algo. Porque somos imperfectos, nos equivocamos, tomamos decisiones incorrectas, o actuamos egoístamente, o somos orgullosos, o como se dice comúnmente, miramos a la gente por encima del hombro. Cuando hacemos lo contrario a lo que dice Dios en su palabra, estamos pecando. Lo estamos defraudando. De éstas cosas también nos tenemos que arrepentir cuando llegamos a los pies del señor. No es sólo si hemos robado o fornicado o adulterado; o como creen algunas personas que solo de los “pecados grandes”. Es que nos tenemos que arrepentir. No es así, ya que para Dios no hay pecado grande o pequeño,  todos son pecados. Por eso dice en la carta de Pablo a los  romanos: “por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios”. Todos cometemos  pecados y todos nos tenemos que arrepentir. Tampoco es como dicen  algunos: “yo no le hago mal a nadie, no me meto con nadie, etc. pero mienten, fornican,  se quedan con algo que les prestan, o dicen alguna verdad a medias, (lo cual también es mentir),
Hermanos, en la biblia está escrita la manera como Dios quiere que vivamos o  como quiere que nos comportemos.
Pero, Por otra parte,  y para hacer nuevamente alusión a lo que dijo mi amigo en cuanto a que “las lágrimas más amargas que se derramarán  sobre nuestra tumba, serán las de las palabras no dichas  y las de las obras inconclusas”… déjenme decirles, que en esto tiene razón porque muchas veces tenemos que arrepentirnos de lo que no dijimos, cuando debíamos haberlo dicho y de lo que no hicimos; porque  esto, también es un pecado. ¿Saben cómo se llama este pecado? “pecado  por omisión”. En otras palabras: negligencia, desinterés, falta de atención, pereza. Ahora bien, ¿qué dice la biblia con respecto a esto?
En el libro de Josué, el capítulo 1, está lleno de recomendaciones  o de llamados a esforzarse, a ser valientes, a no desmayar; porque Dios está con nosotros. El Señor le dijo a Josué, que así como estuvo con moisés, estaría con él. En el ver. 2 le dice:” ¡Levántate!”  Y  pasa el Jordán tú, y todo éste pueblo”… y podemos estar seguros que así como estuvo con Moisés y con Josué, estará con nosotros si somos  buenos y nos esforzamos, si no tenemos temor y no desmayamos, como dice en 2ª. De Crónicas 19: 11.
El pecado de omisión se comete, cuando dejamos de hacer algo bueno o importante contemplado  en las ordenanzas del Señor, para beneficio de alguien  o de algunos o en pro de algo. Luego, si causamos un perjuicio o dejamos de causar un beneficio por nuestra omisión, tenemos que arrepentirnos,  ya que la palabra de Dios dice que  “el que sabe hacer lo bueno y no lo hace, se le cuenta como pecado” (Santiago 4: 17). Además, tenemos un ejemplo muy claro en las escrituras con respecto a esto en el evangelio  de Mateo, capítulo 25 del ver. 31 al 46. allí dijo Jesús: “porque  tuve hambre y no me diste de comer, tuve sed y no me diste de beber, estuve desnudo y no me cubristeis…” así que hermanos, este pecado es igual  a todos los demás y por esa razón también de esto nos tenemos que arrepentir; porque  ya vimos como el señor nos va a decir:  “por cuanto no lo hicisteis a uno de estos pequeños, a mí no lo hicisteis, apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles” .  Y es que al Señor no le podemos salir con excusas: ¡ay! Señor es que yo… es que yo… Es que yo nada hermanos. Alguien  dijo alguna vez  que el camino al infierno está lleno de buenas intenciones. No podemos salir con que no tuvimos tiempo, o no sé qué. El señor nos  está dando  ahora la oportunidad, para que visitemos al vecino enfermo, a la mujer que enviudó, a los hermanos  o a cualquier persona que tenga. Necesidad de algo. De consejo o de apoyo moral o espiritual  o alguna necesidad económica  o de cualquier otra índole material.  Si no tenemos dinero, seguro vamos a encontrar alguna forma de hacer el bien, de ayudar, haciendo alguna diligencia a alguien que no se puede  desplazar, esperando el turno  en una fila a una anciana o mujer embarazada, etc. recordemos  que de acuerdo a la Biblia, la fe sin obras es muerta. Podemos  estar seguros  que si tenemos  en nuestro  corazón el deseo de servir, Dios nos  va a proveer  o nos va a indicar de qué manera quiere que lo hagamos.  Entonces no nos  resistamos. El apóstol  Pablo le dijo a Timoteo: “procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como  obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad” (2ª Timoteo 2:15). Cuando nos avergonzamos de algo, hermanos, lo más seguro es que luego nos arrepintamos;  entonces debemos ofrecer disculpas o pedir perdón.  Aquí, el apóstol  Pablo está exhortando a Timoteo que “procure con diligencia.  ¿Para qué? para que después no tenga que arrepentirse por haber sido negligente.  Otra recomendación acerca de no ser negligentes, la encontramos  de parte  del rey Salomón en su libro de Eclesiastés, cuando dice en el capítulo  9: 10 “todo lo que te venga a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas, porque al seol a dónde vas, nada hay”. Seamos  diligentes  hermanos, no pequemos por omisión.

Ahora bien,  ¿por qué nos tenemos que arrepentir?

Para que el Señor nos  perdone. Porque  el verdadero arrepentimiento comienza perdonando a los que nos hayan agraviado, porque si  no perdonamos, el Señor tampoco nos  perdonará a  nosotros. (Mateo 6: 14-15).

2° Bautismo


 Después del arrepentimiento y el perdón, nos bautizamos en el nombre de nuestro señor Jesucristo  y  recibimos  al Espíritu Santo de Dios. Entonces comenzamos una nueva vida, como hijos de Dios. Somos nuevas criaturas. Hermanos, el bautismo en agua  es una  representación y una confirmación  del nuevo nacimiento ante el mundo. El bautismo,  opera para arrepentimiento y perdón de pecados. Es  por esa razón que tenemos el deber de perdonar. Es,  en sí mismo un paso de obediencia, de lo cual el mismo Jesús nos dio ejemplo (Mateo 3: 15) cuando le dijo a Juan Bautista: “porque así conviene que cumplamos toda justicia”. Jesús no tenía que arrepentirse de nada, porque era sin mancha; luego entonces, vemos que el bautismo no opera para salvación puesto que Jesús es el salvador; pero lo hizo para darnos ejemplo de obediencia, justicia e igualdad. Como quien dice: “la ley entra por casa”.


3° Damos frutos de arrepentimiento


En Mateo  3:8, Juan Bautista hablo acerca de “dar frutos dignos de arrepentimiento”.  Pero  para que podamos dar esos “frutos“, tendríamos  que haber experimentado el verdadero arrepentimiento. Y ¿cuál es el verdadero arrepentimiento?  No  volverlo a hacer.  Veamos:
A la mayoría de las personas que Jesús sanaba les decía “vete y no peques más”, Eso significa concretamente que tiene que haber un cambio radical en nuestras vidas. Es dejar de hacer lo malo y comenzar a hacer el bien, o lo bueno. Es dejar de ser negligentes  y comenzar a ser diligentes. Hacer todo lo que he venido  aplazando o postergando y que la gente comience a verme como alguien que cumple su palabra o sus deberes. Vamos a hacer lo que debemos hacer y lo que dejamos de hacer, para cumplir la palabra en aquella parte que dice: “Siervos  inútiles somos, porque  lo que debíamos hacer,  eso hicimos”. El señor Jesús  dijo en algunas ocasiones: “por sus frutos los conoceréis”. Esos son los frutos dignos de arrepentimiento.  Las buenas obras o el buen proceder que se dan como resultado de la nueva vida en cristo Jesús.
Hermanos, arrepintámonos, confesemos nuestros pecados al señor (Mateo 3:6) pidámosle perdón y tomemos la firme decisión de no volver atrás, porque el que vuelve atrás se hace transgresor. Miremos lo que dice Jesús en Juan  5:14: “después le halló Jesús en el templo y le dijo: mira, has sido sanado; no peques más, para que no te venga alguna cosa peor”.  Recordemos que Dios no puede ser burlado, las cosas del Señor son serias y son para bendición en nuestras vidas. Cuando le buscamos, ya él no nos va dejar ni nos va a desamparar, puesto que ya somos sus hijos con todos los beneficios que eso implica. Evitemos las tentaciones. Apartémonos  de quien nos quiera apartar del camino del Señor. Pidámosle que nos dé discernimiento espiritual para saber cuándo alguien  muy  sutilmente  lo está haciendo, pues se está dejando usar por satanás. Recordemos que solo el que persevera hasta el fin será salvo.

Amen.  Que Dios los bendiga.

Calepafo55@hotmail.com


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