JUNTOS PERO NO REVUELTOS
(Mensaje para las madres)
Mateo 13: 24 -30
“Les refirió otra parábola,
diciendo: el Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena
semilla en su campo; (Verso 25) Pero
mientras dormían los hombres, vino su enemigo y sembró cizaña entre el trigo, y
se fue. (Verso 26) Y cuando salió la hierba y dio fruto, entonces apareció
también la cizaña. (Verso 27) Vinieron entonces los siervos del padre de
familia y le dijeron: señor, ¿no sembraste buena semilla en tu campo? ¿de
dónde, pues, tiene cizaña? (Verso 28) Él les dijo: un enemigo ha hecho esto. Y
los siervos le dijeron: ¿quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? (Verso 29)
Él les dijo: no, no sea que al arrancar la cizaña, arranquen también con ella
el trigo. (Verso 30) Dejen crecer juntamente lo uno con lo otro hasta el tiempo
de la cosecha; y al tiempo de la cosecha yo diré a los segadores: recojan
primero la cizaña, y átenla en manojos para quemarla; pero recojan el trigo en
m i granero”.
Queridas hermanas, vamos a
comparar ésta parábola que Jesús enseñó
acerca del reino de los cielos, con nuestro hogar.
Luego que nuestros hijos nacen y comienzan a
crecer, vienen a desarrollarse una serie de vivencias, situaciones y
experiencias, algunas agradables, bonitas, otras impresionantes; en algunas
ocasiones, se presentan situaciones tristes, dolorosas, etc. Pero nosotras, las
madres, siempre estamos allí, alentando a nuestros hijos, apoyándolos,
aconsejando, amonestando o regañando, castigando. Pero estamos allí, pendientes
de ellos, día a día, momento a momento, desde su levantarse hasta su acostarse.
(baño, comida, ropa, enfermedad, colegio, tareas), todo lo que ellos necesitan
para desarrollarse como personas, pero especialmente enseñándoles temor a dios,
amor a dios, obediencia, valores, buenas costumbres, en otras palabras, formamos
personas de valor, útiles al servicio del señor y a la sociedad. Es
decir, con nuestros cuidados, regamos, abonamos
aquella semilla para que dé buen fruto. Ahora bien, ponga mucha atención, porque esa
labor no es tan fácil.
MI CASA ES UN REINO
1-en primer lugar, la palabra de Dios dice,
que el padre de familia sembró buena semilla en su campo, al igual que él,
usted y yo sembramos esa buena semilla que son las cosas que acabamos de
mencionar. Pero así como crecen juntos el trigo y la cizaña en el campo, crecen
nuestros hijos en el mundo. Crecen revueltos, mezclados, los unos con los
otros: en un vecindario, en unas escuelas o colegios, en universidades y
trabajos; con niños, con jóvenes y en fin, con personas de diversas costumbres
buenas y malas. Así mismo ven programas de tv que no enseñan en la mayoría de
los casos, nada constructivo. La música que escuchan por lo general es obscena. Cuando ya son adultos es más difícil
sujetarlos, pero en ningún momento los padres debemos perder la autoridad, ni permitir que
se nos salgan de las manos, antes de tiempo.
El enemigo, sembrará la
semilla del mal, sembrará la cizaña; nuestros hijos estarán allí, expuestos a esas influencias malignas que son las personas que se dejan utilizar por el
enemigo, muchas veces sin darse cuenta; pero la labor de nosotras las madres es estar siempre allí, hacer presencia en todos los actos de la vida
de nuestros hijos, con toda sabiduría, amor y templanza; porque al final, luego,
cuando ya crezcan se verán los frutos de los que nacieron de la buena semilla.
Ya sabemos lo que pasó con la cizaña, según la
parábola.
Pero… ¿qué pasa con el
trigo?
Dice la palabra: “recoged el
trigo en mi granero” y… ¿para qué?
¿Para qué sirve el
trigo? Para alimentar a muchas personas. Para eso es la buena
semilla que sembramos en nuestros hijos, como dije antes, para hacer personas
útiles al servicio de Dios y de la sociedad.
Mateo 13: 36 al 43
“Entonces, despedida la
gente, entró Jesús en la casa; y acercándose a él sus discípulos, le dijeron:
explícanos la parábola de la cizaña del campo.(Verso 37) Respondiendo el, les
dijo: el que siembra la buena semilla es el Hijo del Hombre (Verso 38) el campo
es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino, y la cizaña son los
hijos del malo.(Verso 39) el enemigo que la sembró es el diablo; la
siega es el fin del siglo; y los
segadores son los ángeles. (Verso 40) De manera que como se arranca la cizaña, y se quema en el fuego, así será
en el fin de este siglo. (Verso 41) Enviará el Hijo del Hombre a sus ángeles, y
recogerán de su Reino a todos los que sirven de tropiezo y a los que hacen
iniquidad. (Verso 42) y los echarán en
el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes. (Verso 43) entonces los justos resplandecerán como el
sol en el reino de su padre. El que tiene oídos para oír, oiga.”
Preste mucha atención: “recogerán de su
reino”, del reino de Dios y así mismo de nuestro reino, ¿a quienes
recogerán? A todos los que sirven de
tropiezo y hacen iniquidad. ¿Por qué?
Porque dentro del reino de Dios y de nuestro reino, (nuestro hogar) ha crecido cizaña que no hemos detectado o no
hemos arrancado por temor a arrancar junto con ella el trigo, esto es, por
temor a perder nuestros hijos, a lastimarlos. A no querer correr el riesgo de
que ellos tomen alguna represalia.
Recuerde que usted tiene que
dar cuenta a Dios por los tesoros que le entregó, por esa semilla que le
entregó un día para que usted la sembrara. No permita que los hijos de su reino
sean arrancados y echados en el fuego. Corrija, castigue, recuerde que la
palabra dice que el padre que ama a su hijo madruga a castigarle (sin
maltrato). Ahora, somos muy dados a
creer todo lo que dicen los psicólogos los cuales sin saberlo están siendo usados
por satanás, diciéndole a las personas que a los niños hay que dejarlos ser,
que no hay que decirles nada, cuando en realidad la palabra de Dios está
diciendo todo lo contrario.
Veamos lo que dice la palabra de Dios con
respecto a los resultados de la corrección: dice hebreos 12:11:” es verdad que
ninguna disciplina en el momento, parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de
justicia a los que en ella (en la disciplina) han sido ejercitados”. Y también
dice el más famoso de los proverbios, al respecto: “instruye al niño en su
camino, que aun cuando fuere viejo, no se apartará de él” (del camino en el
cual usted lo instruyó).
No le permita al enemigo
entronarse en su reino. Usted es la responsable
de la salvación de su hijo, por lo menos hasta que él tome sus propias
decisiones. Las madres estamos llamadas a pedirle a Dios sabiduría para
orientar y educar a nuestros hijos, bajo su temor. Son muchas las cosas que una
persona se abstiene de hacer cuando
tiene el temor de Dios en su corazón. Así mismo. Las personas que no
tienen ese temor, los hijos del mal son
capaces de hacer cualquier cosa. Es muy difícil, que una persona se aparte de
su camino después de adulta si no solo ha sido instruida en el bien con la
palabra, sino además con buenos ejemplos. Recuerde este refrán: “si la palabra
convence, el ejemplo arrastra”.
Que Dios les bendiga
calepafo55@hotmail.com
09/05/2011.
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